El Yoga 900S es un ultrabook convertible elegante, delgado, liviano y con la potencia necesaria para utilizarlo en todo tipo de tareas.
Con una autonomía que supera holgadamente la jornada laboral, el Yoga 900S se posiciona en la gama alta de los ultrabooks, con un precio ligeramente superior al resto de la competencia, pero con un diseño que marca la diferencia. Esta combinación de diseño y prestaciones hace difícil pasarlo por alto.
Diseño
El modelo que hemos probado es el Champagne Gold con un procesador Intel m7 de 6ª generación, 8GB de RAM y disco duro SSD de 256GB. Lo primero que llama la atención, evidentemente es el color. No es una combinación muy habitual y al principio choca un poco, pero por otro lado es un cambio interesante frente a los aluminios o negros más habituales. Para los usuarios más clásicos, también está disponible una versión Silver, que no pierde para nada se la elegancia de la versión Gold.
Pero sin duda el elemento diferenciador y seña de identidad del Yoga 900S es la bisagra con forma de correa de reloj. Esta bisagra, compuesta por 813 piezas individuales, ofrece cuatro modos de uso y permite convertir al ultrabook en un portátil o un tablet, girando el teclado 360 grados sin esfuerzo con un sistema eficaz y muy práctico.
Fabricado en fibra de carbono, tanto la trasera como la tapa superior tienen un tacto suave que no deja marcas de dedos. El interior es un plástico que emula piel, que le da un aspecto muy elegante y agradable.
El conjunto tiene un grosor cerrado de 12,8mm y un peso total de 997 gramos, más pequeño y liviano que el MacBook Air, lo que lo convierte en un dispositivo muy cómodo para usuarios que necesitan desplazarse continuamente y valoran la movilidad sobre otros criterios.Es sin duda el ultrabook con tecnología Intel Core i más compacto del mercado.
Especificaciones básicas
El Yoga 900S esta preparado para una gran variedad de usos. Su procesador Intel m7 a 1,20GHz, 8GB de memoria RAM LPDDR3 y los 256GB del disco duro SSD permiten trabajar con soltura desde un uso básico de navegación y aplicaciones ofimáticas, hasta edición de imágenes y video y desarrollo de aplicaciones, con herramientas como Visual Studio o Xamarin.
La pantalla es otro de los puntos fuertes del Yoga 900S. Con un tamaño de 12,5 pulgadas y una definición QHD de 2560×1440 pixeles con tecnología IPS, las imágenes tienen gran nitidez y buen ángulo de visión. Además, por primera vez en la familia Yoga, el 900S admite un lápiz óptico opcional que permite hacer esbozos o tomar notas en la pantalla táctil. En el modo Tablet la pantalla táctil tiene un comportamiento y respuesta muy adecuados. El aspecto menos destacado, sin llegar a ser malo, es el brillo que alcanza los 284 bits, quedando por detrás de la Surface Book y el HP Spectre X360, con 387 y 339 bits respectivamente.
El teclado, con retroiluminación LED y el touchpad en mi opinión son el punto débil del Yoga 900S. En primer lugar, la ubicación y tamaño de la tecla Mayúscula derecha, a un lado de las teclas de cursor es un gran error. Me ha costad varios días acostumbrarme a esa ubicación, pero en cualquier caso nunca me ha resultado cómodo. La sensación general del teclado es pobre y genera dudas al teclear rápidamente y poca respuesta sensitiva debido a la corta distancia de recorrido de tan solo 1,1 milímetros. Supongo que esto necesario para poder trabajar en modo tablet y colocar el teclado debajo de la pantalla. El touchpad tiene un acabado y una sensación suave, el funcionamiento en general es muy correcto aunque su tamaño, 9×6 centímetros, quizás es un poco pequeño.
El Yoga 900S también destaca en conectividad y para ser un ultrabook está muy bien equipado de puertos de expansión. Integra un puerto USB Tipo C con salida de audio y otros dos puertos USB 3.0 y un combo USB 2.0/DC-in. Dispone también de un lector de tarjetas de memoria flash (MMC, SD, SDHC y SDXC) y una salida de audio y micrófonos en el lateral derecho. En el frontal integra una webcam de 720p, lo que ofrece calidad suficiente para videoconferencias y fotografías frontales.
En el apartado comunicaciones el Yoga 900S incluye WiFi 802.11a/b/g/n y Bluetooth 4.0.
Según las especificaciones oficiales, la autonomía de la batería del Yoga 900S de 4 celdas y 66Wh, es de 10 horas y media, aunque en la realidad y dependiendo de distintas pruebas se queda entre 8 y 9 horas
Modelo | Yoga 900S 80ML0057ES |
Procesador | Procesador Intel CoreTM i7 de 6a generación |
Memoria | 8.0GB LPDDR3-1600 LPDDR3 1600 MHz |
Almacenamiento | SSD PCIe de Samsung de hasta 512 GB |
Almacenamiento (Expansión) | |
Pantalla | Táctil IPS QHD (2560 x 1440) de 12,5″ |
Gráficos | Intel HD Graphics 515 |
Conectividad | Wi-Fi 802.11 a/c 2 x 2 Intel y Bluetooth 4.0 |
Puertos | 1 USB 3.0 (tipo A), 1 USB 3.0 (tipo C) con salida de vídeo, 1 entrada de CC con función USB 2.0. Toma de audio combinada |
Teclado | Retroalimentación LED |
Batería | Polímero de Litio, 4 celdas |
Cámara | 720p |
Audio | Altavoces estéreo con Dolby Audio Premium |
Sistema Operativo | Windows 10 Home 64 |
Software preinstalado | Lenovo OneKey Recovery, Lenovo Companion 3.0, Lenovo Photo Master, Lenovo SHAREit, Lenovo REACHit, Lenovo WRITEit, McAfee® LiveSafe |
Dimensiones (mm) | 305 x 208 x 12,8 |
Peso (g) | 990 |
Resumen
El Lenovo Yoga 900S es un ultrabook convertible con un diseño y un tamaño increíble. Es muy cómo de llevar y perfecto para los usuarios que busquen sobre todo una alta movilidad. La autonomía de la batería ayuda mucho en este aspecto, con una duración en la práctica de entre 8 y 9 horas. Su innovadora bisagra permite una utilización en 4 modos diferentes, lo que aumenta su versatilidad.
Su core con un procesador Intel m7, 8 GB de RAM y 256GB de disco duro SSD le permite realizar todo tipo de funciones y esta preparada para una gran variedad de usos. Evidentemente no es un portátil para un profesional del video que necesite una plataforma de edición móvil, pero si es factible realizar trabajos puntuales de edición video e imágenes con bastante soltura. Para el resto de actividades, desde ofimática hasta desarrollo de software, no encontramos ningún inconveniente.
Su punto débil es el teclado, la ubicación de alguna tecla y la sensibilidad y feedback del teclado en general, aunque también es cierto que con el tiempo es posible acostumbrarse y sacarle el máximo partido.
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